Es cierto, «Google debe a los españoles más de 300 millones de euros»

Seguramente sea cierto, mi empresa Creamedios (como autónomo y profesional de Internet) le doy de ingreso algún que otro euro, todo legal y lícito, me llevo mi comisión mínima claro.

Recientemente leo en medios que dice Google, que penalizará a las Webs que tengan mucha publicidad, y justamente me manda un email personal Google diciendome que estoy perdiendo beneficios en una página Web, (les he quitado su publicidad), entiendo que me pagan poco el click y prefiero no tener publicidad. Para que lo entiendan, Google no penaliza si hay mucha o poca publicidad, ellos siempre quieren ganar y llevarse todo el pastel. Puedes estar con ellos, o montartelo por libre, o como puedas.

Ahora bien…. «Google debe a los españoles más de 300 millones de euros», seguramente sea cierto, ya que tiene su empresa legal para facturar en Irlanda, y allí los temas de impuestos no tienen nada que ver como si fuese una empresa Española, claramente es una ventaja.

Leemos en la Vanguardia esta entrevista a:

Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña

Ha escrito el libro: Desnudando a Google. Puedes comprar el Libro a través de estos enlaces:

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Descripción del producto

Sergey Brin y Larry Page, dos ingenieros informáticos de la universidad de Stanford, pusieron en marcha el buscador Google en 1.998, una de las empresas más valoradas y poderosas de la actualidad. La historia de estos dos emprendedores es de sobra conocida. En lo que no se ha profundizado, sin embargo, es en la historia oculta de la multinacional: Problemas de privacidad, acusaciones de monopolio, frentes abiertos con operadoras, etc. Alejandro Sánchez Ocaña destripa en este libro cada una de los secretos que Google no quiere que sepamos. En Google al desnudo explica cada caso, desde sus problemas con China hasta sus relaciones con otras grandes empresas como Apple. Para escribir este relato el autor se ha nutrido con documentos, recortes de hemeroteca, entrevistas con gente del sector y ex empleados de la multinacional.

 

ENTREVISTA EN LA VANGUARDIA

¿Cómo consiguen eludir el fisco?
Con maniobras que tal vez no sean del todo ilegales, pero sin duda son inmorales para un país como el nuestro, que está cerrando quirófanos y asilos por el déficit público. Google desvía casi todos sus ingresos a Irlanda. Nadie sabe de qué cantidad se trata, porque Google se ha resistido siempre a dar datos sensibles sobre sí mismo.

 

E Irlanda tenía el menor tipo de tributación por sociedades de la UE: así les fue.
Así nos ha ido. Porque en España Google hubiera pagado entre el 20 y el 30 por ciento de sus ingresos como impuesto de sociedades…Y, en cambio, en Irlanda el tipo de ese impuesto era sólo del 12,5 por ciento.

 

Al menos quedaba algo en la UE.
¡Ni siquiera eso! Porque Google tampoco se conformaba con tributar ese 12,5 por ciento: no quería pagar nada.Y lo consiguió.

 

¿Cómo?
El 98 por ciento del dinero que recibe la filial irlandesa –el restante dos por ciento financia su estructura allí– se envió a otra empresa de Google en Holanda, desde donde se hizo llegar –sin pagar un céntimo de impuestos– a las cuentas que la propia Google controla en las islas Bermudas, como sabe, un paraíso fiscal.

 

¿Cómo se enteró de eso? ¿Investigó?
No hizo falta: lo publicó Bloomberg. Los apodos de esas tretas de ingeniería fiscal son «Double Irish» y «Dutch Sandwich».

 

Encima, pitorreo.
Lo más indignante es que no indigne a nadie. De hecho, también Facebook y otras multinacionales de EE.UU. usan esquemas parecidos para no pagar impuestos en España, aunque Facebook utilice de paraíso fiscal las islas Caimán en vez de las Bermudas.

 

Nuestra Hacienda es más dura con el asalariado, y el pequeño empresario.
Esto no es ya un fraude fiscal, es un expolio en toda regla. Es muy serio: un 60 por ciento al menos de los milmillonarios ingresos de toda la publicidad de internet en España se saca y no revierte en crear aquí empleos ni mantiene servicios e infraestructuras, de los que en cambio Google sí se beneficia.

 

Y esa publicidad antes financiaba aquí diarios, revistas y empleo y talento.
A mí me indignó averigüarlo. Y di una charla sobre este expolio que sufrimos en el PSOE ante diputados y senadores.

 

Supongo que trocarían su indignación en mociones, proyectos de ley…
Lo único concreto que obtuve fue un comentario de un alto cargo de Industria: «Hay que hacer más justo el sistema, pero ¿no crees, Alejandro, que es mejor que tengan presencia en España, aunque sea así?»

 

Cínico o impotente, pero espero que el nuevo gobierno sí actúe. Y pronto.
Google y Facebook se comportan igual que los casinos on line que operaban en España con sede en Malta o Gibraltar. Pero, además, para conseguir esas ganancias, Google ha actuado sin ningún tipo de miramientos hacia los derechos de autor con servicios como Google Books o YouTube.

 

Confiemos en que se lo replanteen.
Y dejaremos para otro día su ignorancia de nuestro derecho a la privacidad cuando filman nuestras calles y casas desde satélite y desde sus vehículos especiales, con los que se han apropiado de datos confidenciales, como claves de acceso bancarias…

 

También hay que decir que sus mapas y satélites nos prestan un buen servicio.
¿A costa de qué? Yo intenté que retiraran la foto de mi casa que exponía a los ladrones todas sus entradas y salidas. Y no logré más que perder horas en llamadas. ¿Por qué debe ver cualquiera por dónde saltar la valla de casa para entrar en mi habitación?

 

Google hoy es insustituible y su Gmail es un excelente correo: yo no podría vivir sin él y espero que ahora no me lo corten.
Google no regala nada. Insisto en que los datos que recopilan de usted le sirven para segmentar la publicidad que cobra –y no sabemos para qué más, porque Google es opaco en su funcionamiento– y esa ingente información le confiere un poder inmenso.

 

E inquietante.
Google crea productos fantásticos que parecen gratuitos, pero en realidad pagamos por ellos con algo más valioso e insustituible que el dinero: nuestra privacidad, nuestra intimidad, nuestra esencia.

 

Por ejemplo…
Google sabe tu nombre, edad, lugar de residencia y de veraneo y tiene las fotos. Si tienes amantes puedes ocultárselo a tu pareja, pero no a Google, que analiza tu correo y te pone publicidad de «discretas escapadas de fin de semana».